Tras la tempestad, llega la calma y así se lo hizo saber Cristiano Ronaldo al Camp Nou cuando tras la consecución del segundo gol del Real Madrid dijo eso de: “Calma, que aquí estoy yo”.
De esta forma se ponía punto final a la hegemonía de los últimos años del Barcelona. Esta vez funcionó el planteamiento y el ataque de entrenador lo sufrió Pep en lugar de Mou.
El sábado sí acompañó la suerte en los momentos clave y se controló ese ansia que nos había condenado en otros partidos. Los jugadores que venían señalados de Munich hicieron un gran partido. Coentrao secó a Alves. Arbeloa hizo lo propio con Tello e incluso Khedira anotó el gol del récord. El gol número 108 de un equipo en Liga.
Se ganó un partido pero aún no se ha ganado nada. Lo de ir a celebrar a la Cibeles tras ganar un partido es algo de lo que nunca he sido partidario. Cuando se gane el título se irá, antes no es necesario. La Cibeles no está para se le moleste con banalidades.
Si había alguno que tuviera dudas, recordar que “las modas pasan, lo clásico siempre vuelve…”
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