miércoles, 14 de marzo de 2012

Spaghetti Bridge

Son baratos, fáciles de preparar y constituyen un alimento básico para los estudiantes muertos de hambre en todo el mundo. Pero estos espaguetis no son para el almuerzo, son para llevarse la gloria mundial de la precoz ingeniería. Porque un puente de espagueti es una experiencia educativa que demuestra cómo funcionan los puentes, utilizando este comestible como elemento estructural. 

Los concursos de construcción de puentes con espaguetis son toda una sensación en el mundo universitario, en la que no sólo gana el mejor diseño, sino también el que más peso puede resistir antes de acabar roto con el suelo en forma de fragmentos de pasta que vuelan hasta los 20 metros de distancia. 

Peter Sandor, un húngaro de 23 años, fue el ganador del 29 Campeonato del Mundo de la especialidad que se ha celebrado en el Okanagan College de Leowa, en la Columbia Británica canadiense. 

Peter construyó un puente de 967 gramos de espaguetis que fue capaz de mantener el tipo ante la friolera de 384.06 kg de peso, antes de que se rompiera en pedazos. Fue galardonado con el título de “campeón de los puentes pesados”, dotado con 1500 dólares que no piensa gastarse en pasta, sino en una buena celebración con sus compañeros de la Universidad de Nyiregyhaza a la que representaba.



Curiosamente, este no era el primer intento de Sandor con los puentes de espagueti: había participado sin éxito en 12 competiciones en Europa de este tipo antes, con 3 viajes anteriores al campeonato del mundo en Canadá. A la 13ª fue la vencida. 

¿Su secreto? Está, lo habrán adivinado, en la masa. Sandor ha construido los tirantes-tallarines del puente a partir de sémola de trigo duro de su vieja patria húngara, con el secreto de amasado que sólo saben los campesinos rurales magiares. Aunque según el ganador, la diferencia radicó en los detalles de su diseño, en “la precisión de la arquitectura”: tardó más de 140 horas en su montaje y muchos litros de pegamento para completar la construcción para el concurso. 

Así su puente fue capaz de resistir más de dos veces el peso que cualquiera de los otros competidores, aunque los 4 primeros puestos también utilizaron un modelo de puente arqueado como el de Sandor. Sin embargo, no pudo desbancar al campeón de campeones, el registro imbatible de este tipo de eventos, que se sitúa en 443 kg. y le pilla muy cerca, porque fue logrado en marzo de 2009 también por un equipo de la universidad de Nyiregyhaza de Hungría. 

También fue un trabajo minucioso y delicado, que como el del campeón de este año, tuvo que sobrevivir no sólo a las pruebas de carga de la competición oficial, sino también al viaje desde Hungría a Canadá para intentar probar la gloria con los labios. 

Para que luego digan que con la comida no se juega… 
(Fuente: blogs.lainformacion.com)

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