Todos hemos oído hablar de ese
concepto abstracto que se hace llamar la Cadena de Frío pero ¿sabemos lo que
es? El concepto parece simple, y en realidad lo es. Sabemos que la cadena no se
puede romper y también sabemos que no podemos congelar algo ya descongelado
pero ¿por qué? En mi caso, me fío de lo que un día me dijo mi madre pero
tampoco he ido más allá…
¿Qué es la
cadena de frío?
La Cadena de Frío se refiere
al manejo controlado de las temperaturas y humedad de los productos perecederos
para mantener su calidad e inocuidad desde el momento en que sale del campo
(cosecha) o punto de origen a través de toda la cadena de distribución hasta
llegar al consumidor final.
La aplicación del frío es
uno de los métodos más extendidos para la conservación de los alimentos.
Existen dos tipos de conservación a través del frío: la congelación (largo
plazo) y la refrigeración (días-semanas). El frío va a inhibir los agentes
alterantes de una forma total o parcial. Al disminuir la temperatura reducimos
considerablemente la velocidad de crecimiento de los microorganismos termófilos
y la mayoría de los mesófilos.
¿Por qué no se debe romper la cadena de frío?
Tanto la congelación como la refrigeración detienen o ralentizan la actividad bacteriana, no la eliminan; así al calentarse, las bacterias reanudan su actividad. Si se vuelve a reducir la temperatura volverá inhibirse la actividad bacteriana, pero contaremos con un número mucho mayor de bacterias que antes del aumento de temperatura. Una nueva descongelación las volverá a activar. Cuanto mayor sea el número de bacterias, mayor es la probabilidad de que el alimento se deteriore o de que las bacterias produzcan toxinas.
Tanto la congelación como la refrigeración detienen o ralentizan la actividad bacteriana, no la eliminan; así al calentarse, las bacterias reanudan su actividad. Si se vuelve a reducir la temperatura volverá inhibirse la actividad bacteriana, pero contaremos con un número mucho mayor de bacterias que antes del aumento de temperatura. Una nueva descongelación las volverá a activar. Cuanto mayor sea el número de bacterias, mayor es la probabilidad de que el alimento se deteriore o de que las bacterias produzcan toxinas.
Cuando un producto congelado lo comenzamos a descongelar, lo ideal es
hacerlo lo más lento posible,
idealmente de un día para otro. Una vez que el producto esta descongelado ya
pasó de los -18°C hasta los 5°C o 10°C tal vez. En todo ese lapso de tiempo más
microorganismos habrán entrado dentro del producto continuando con la
masificación. Además que sobre los 5°C se pueden desarrollar bacterias
mesófilas las cuales aumentarán aun más el contenido de microorganismos. Y
además… el agua esencial del alimento elimina sus
nutrientes, y les da un entorno más húmedo para las bacterias por lo que
tenemos un producto más “seco”.
¿Por qué no se
debe volver a congelar un alimento descongelado?
Los alimentos están formados casi en su totalidad por agua así que
cuando sometemos los productos a temperaturas entre -2°C y -18°C, el agua se
comienza a congelar generando macro cristales, las cuales rompen
las estructuras internas de
los productos cambiando su características organolépticas, por lo cual
los productos tienen menor tejido conjuntivo y por ende poseen menor capacidad
de retener el agua esencial de los alimentos, que es donde están
los sabores y nutrientes. Es por eso que cada vez que
descongelamos un producto vemos que deja mayor cantidad de líquido.
Después, sabemos que irremediablemente tenemos que aprender a convivir
con bacterias… pero cuando estas
se nos sobrepasan en un alimento nos puede generar malestares e intoxicaciones.
El punto es que al congelar un alimento, también estamos congelando
los microorganismos que
hay dentro de él. Y aunque hay ciertas bacterias que mueren en temperaturas
bajas (termófilas y mesófilas)
están las psicrófilas, las cuales son
capaces de resistir estas temperaturas y pueden proliferarse dentro del
producto.
En definitiva, no es recomendable recongelar los alimentos, ya que
aumentaremos aun más su contenido bacteriano y empeoraremos
cada vez sus características
organolépticas. En el fondo tenemos un producto que no
es seguro desde
un punto de vista higiénico y un producto de poca calidad desde un punto de vista culinario.
P.S.: Solo se puede volver a
congelar un alimento si se ha cocinado después de haberlo descongelado.
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