viernes, 11 de noviembre de 2011

El Día del Pavo

El menú del Día de Acción de Gracias, con cualquier variación regional, generalmente consiste de pavo relleno al horno, arándanos, algún plato a base de maíz y pasteles de calabaza. ¿Por qué?

Pavo. Fue escogido por los inmigrantes ingleses para celebrar su primera cena de Acción de Gracias por la primera cosecha en su nueva tierra de libertad. Desde el primer día hasta la fecha, el pavo es un elemento esencial en esta celebración.

Maíz. El uso del maíz representa la supervivencia de las colonias. El cultivo del maíz fue muy importante para los Peregrinos y los nativos indígenas. Era el plato principal y se consumía en toda comida.

Los Peregrinos no conocían el maíz antes de conocer a los indios. Los indios les dieron a los Peregrinos semillas y les enseñaron como cultivarlo. Actualmente los Estados Unidos de América cultivan más hectáreas de maíz que cualquier otro grano.

Calabaza. La calabaza es un alimento originario de América que alimentó a los nativos del territorio americano durante más de cinco mil años. También complementó la nutrición de los primeros colonos, quienes incorporaron este vegetal como un importante elemento de su dieta.

La salsa de arándanos. Se sirvió en el primer Día de Acción de Gracias y se sigue sirviendo hoy en día. El cranberry es una baya ácida/agria, proveniente del continente norteamericano. Los colonizadores lo encontraron en forma silvestre a través de todo el noreste de los E.U. además de la zona centronorte, cuando se expandieron hacia el oeste.

A continuación os dejo la receta del famoso pavo relleno, por si lo queréis hacer en casa.

Pavo relleno con picadillo y salsa de naranja y tamarindo


Preparación: 30 min
Tiempo total: 4 h 45 min

Ingredientes (20 personas)
- 1 cucharada de aceite
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 700 g. de carne picada de cerdo
- 1 lata de salsa de tomate
- 1 paquete de picatostes o STOVE TOP Stuffing Mix for Chicken
- 1/2 taza de uvas pasas
- 1/2 taza  almendras
- 5 naranjas grandes
- 1 pavo de unos 7 Kg.
- 1 paquete de pulpa de tamarindo
- 1/2 taza de azúcar
- 4 ½  cucharaditas de harina de maicena
- 1 cucharada  de mantequilla

Elaboración
Calentar el horno a 160º.

Calentar el aceite en una sartén grande a fuego medio. Añadir la cebolla y el ajo bien picado y cocinar hasta que se dore un poco. Agregar la carne picada y cocinar durante 5 minutos o hasta que pierda su color rosado. Incorporar la salsa de tomate y cocinar durante otros 2 minutos. Añadir los picatostes, las pasas, las almendras y el jugo de 2 naranjas. Mezclar todo y cocinar unos 5 minutos más removiendo frecuentemente. Sacar del fuego y dejarlo enfriar 15 minutos antes de rellenar el pavo.

Limpiar la cavidad del pavo. Enjuagar el pavo por dentro y escurrir bien. Soltar las patas pero sin cortar la tira de piel. Colocar el pavo con la pechuga hacia arriba en una placa de horno. Rellenar el interior del pavo teniendo cuidado de no rellenarlo demasiado. Devolver las patas a su posición original y voltear las alas hacia atrás de modo que el pellejo del pescuezo no se mueva. Cortar 1 naranja en 8 rebanadas y colocar sobre el pavo. Para evitar que se dore demasiado, es recomendable tapar la pechuga del pavo con papel aluminio (sin apretarlo mucho).

Hornear el pavo durante 3 horas, mojándolo de vez en cuando con los jugos que suelte. Entretanto, mezclar en un cazo la pulpa de tamarindo con el azúcar y el jugo de las 2 naranjas restantes. Quitar el papel aluminio al pavo y hornear de 45 minutos a 1 hora más o hasta que esté cocido a 80º. Durante los últimos 15 minutos de cocción, pincelar el pavo con 1/4 taza de mezcla de tamarindo.

Sacar el pavo del horno y dejarlo reposar 15 minutos antes de cortarlo. Entretanto, incorporar la maicena a la mezcla de tamarindo restante y remover hasta que se disuelva completamente. Reducir la salsa y una vez la saquemos del fuego, incorporar  la mantequilla. Servir la salsa caliente con el pavo.

(Fuente: www.comidakraft.com)

P.S.: Aún confío en que alguna familia neoyorquina me invite a su casa a cenar un buen pavo. Sin olvidar la (importantísima) salsa de arándanos.

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